Desandar los caminos pausados
volver a recorrerlos
desde la alegría. Y disfrutar.
La entereza toma
la forma consistente
de la personalidad construida
con la solidez demarcada a pulso.
Hay escollos
siempre los hay en el camino
y fijar metas fijas ya no es la meta.
Una intención
hacer sin hacer, haciendo
tal vez el camino de los brujos
tal vez la huella de Florinda
tal vez todo y nada y siquiera algo.
Amar (y armar) la vida.
FOTO: nº tanto de bodyart de Gustavo Gottardo.